Ama de casa....

Lo miré a los ojos... y con todo el amor que despierta en mi, le dije con toda sinceridad:
"No soy ama de casa..."
Se que él no espera eso de mi... pero a veces... me doy un poquito de verguenza...
La verdad es... que aunque le ponga voluntad... las tareas domésticas definitivamente no son lo mio...
Quemo las tostadas...
Se me pasa el agua para el mate...
No se salar la comida... menos que menos condimentarla (aunque si tengo mi secreto de máximo sabor: sopitas light de verduras... que, como ÉL dice... las pongo hasta en el café con leche...)
A todo le pongo "comida para pajarito". En la heladera puede faltar manteca, mayonesa,. huevos, pero jamás van a faltar semillas de sésamo, girasol, lino, salvado de avena o germen de trigo.

Pido recetas a mi mamá; colecciono todas las que vienen en la tapa del quesito descremado... pero todavia no encontréla oportunidad de materializarlas; de todos modos, no pierdo las esperanzas de algun dia llevarlas al plano de lo concreto.

El otro dia entré a la dietética para comprar té de vainilla y empecé a chusmear para ver si había alguna semilla nueva que me llamara la atención.... y... de pronto mi mirada se fijó en un hermoso cartel que decia: TRIGO BURGOL.
Recordé que en mis años mozos, había escuchado ese nombre en boca de mi madre; y con toda alegría, pedí un cuarto al señor dietetiquero.
Lleguú y con toda ilusión se lo mostré. ÉL, con esa hermos y dulce sonrisa que lo caracteriza, me preguntó cómo se comía.... y yo le respondí que no sabía. Inmediatamente me alentó a que pruebe de prepararlo.
Le pregunté a mamá por sus recetas, y también me asesoré por internet. Anoté todas las recetas de ambas fuentes, y aproveché para pedir también la receta de la torata con bananas (¡uno nunca sabe cuando la puede llegar a necesitar!)
La cuestión es que esa noche iba a prepara empanadas de jamón y queso.... pero me había olvidado de desfreezar el jamón (sí, freezo todo... hasta el jamón).
Entonces abrí la heladera.
Miré la alacena.
Y tomé la decisión: ES HORA DE PREPARAR EL TRIGO BURGOL.
Y puse manos a la obra.
En una olla coloqué a fuego minimo el trigo burgol.
En un wok puse calabaza, zanahoria, morron... y un poquito de relleno de empanadas de carne que encontré en la heladera...
Me había quedado sin sopitas de verduras, así que le puse unas cuantas de calabaza light.
Después mezclé todo.
Lo probé... y le faltaba algo...
Ahí me iluminé, saque a relucir la cocinera que hay en mi, y casi con un gesto triunfador, le agregué una lata de pulpa de tomate.

La comida quedó riquisima...

y yo... hinchada de la felicidad!

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1 comentarios:

Lalu dijo...

jajajaja me senti identificada en los primeros parrafos hasta que dijiste que cocinaste:P un besote.

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