Mis Palabras Raras Todas Juntas...

Soy de aquellas personas que con facilidad se ríen de si mismas...
que se hace cargo de las ridiculeces laborales en las que se embarca... y no las padece, sino que saca material de todas esas experiencias para tener anécdotas graciosas para compartir...
Pero hoy, específicamente hoy, viví una situación particular que me hizo rememorar tooda mi vida laboral...
Estoy haciendo una promoción un tanto cómica, donde me convierto en una especie de ojo gigante, que persigue a la gente en la calle haciendo chistes fáciles... (es increíble como se ríe la gente al escucharme decir cualquier cosa relacionada con la vista, los ojos rojos, la memoria visual, cuando en vez de cara me convierto en la señora ojo).
La cuestión es, que hoy estaba en la calle, y de repente escucho una voz, muy característica que dice: "que laburo de mierda que tenes..." de golpe me puse roja, y me agarro un ataque de risa. Resulta ser, que ese comentario salio de la boca de un amigo compañero de elenco, que no sabe de mi faceta de "laburo de cualquier cosa".
Fue tan inesperado el encuentro, que no le pude decir que era yo. Simplemente empecé a temblar, reírme entre nerviosa y tímida... y por primera vez en mi vida... me dio vergüenza ser yo.
Entonces empecé a pensar, en todos los emprendimientos laborales en los que me embarqué...
En mi primer trabajo, cuando terminé el secundario... vendiendo telefonía móvil en un stand de supermercado, en una zona con mucho glamour de vicente lopez... donde duré un mes, por discutir con el supervisor, sosteniendo mis principios ante todo, convencida de que no iba a mentir ni estafar a la gente para vender un telefonito.
Luego en la panadería de mis viejos... donde duré un año. Me acuerdo que les preparaba las bolsitas con pan a los clientes que venían todos los días y se llevaban lo mismo, que cuando entraban yo ya ponía su bolsita con sus dos pancitos negros, tres flautitas y un cuadradito de grasa arriba del mostrador...
Luego mi faceta de animadora de cumpleaños infantiles, que merece un capitulo aparte... pero de la que puedo enorgullecerme y decir que empezó como un robo a mano armada, y hoy casi casi que soy una empresaria...
Después mi época de promotonta... que empecé repartiendo volantes entre medio de los autos, seguí vendiendo cámaras digitales, pasé por hacer magia (convirtiendo perejil en calditos en una bolsa de mago) hasta vender fragancias... eran largas horas en donde todo mi alimento eran dos manzanas y mi fiel compañero de aventuras algún libro interesante que entretuviera en mis horas de descanso y me aisle de esas charlas terribles de rubias tontas que no pueden hablar de otra cosa que del esmalte de uñas o del nuevo empresario que pasó dos veces por su stand, y que lo aman solo porque debe tener miles de autos...
También tuve un momento, donde me dije que no podía continuar con mi inestabilidad laboral. Resolví de golpe que el hippismo no era para mi, que quería tener una vida "normal" (alguien me puede definir ese concepto?!?!?). Entonces empecé a buscar trabajo como administrativa, secretaria, recepcionista. Esos trabajos que se que me llenan de angustia... pero eran necesarios para ser parte de la masa...
Con tanta suerte, que a la primera entrevista laboral, me llaman a la hora para decirme que al día siguiente a las 8 de la mañana, empezaba...
Muy "contenta", fui y me compre ropa de secretaria: polleras aburridas, pantalones negros, sweater donde no se me vea la piel, alguna que otra camisita... y hasta una taza! me compre una taza!!!!!!!!!!!!!!!!!!! me sentía toda una oficinista...
Al otro día, como persona responsable que soy; a las 8 puntual, me encontré en la puerta de la "empresa familiar" con taza en mano...
Resultó ser, que mi nuevo jefe era un paranoico, que no quería que hable con nadie, ni confíe, ni nada de nada... mi escritorio estaba en el garaje/entrada de la fabrica. Sin una sola ventana, y con la bella vista de un auto estacionado que quitaba el poco espacio que había en el lugar.
Ese día ni me tomé la hora de almuerzo. Salí de ahí, con una opresión en el pecho terrible... y una angustia descomunal. Menos mal que tenia terapia... y llore a moco tendido, explicando detalladamente la pesadilla que había sido ese día laboral...
Obviamente, en ese trabajo, dure un día. A la mañana siguiente, casi sin voz, con los ojos hinchados como sapo producto de un lloriqueo continuo durante toda una larga noche, me levanté y llamé para decir que había decidido no formar parte de esa familia tan disfuncional (para eso ya tengo la mía!).
Después de eso, me agarró la loca y llegué a tener cuatro trabajos en simultaneo: de lunes a viernes trabajaba de secretaria en un estudio de danzas; martes, jueves, viernes y sábados a la noche trabajaba como "coordinadora de las actividades nocturnas para extranjeros en una cadena de hostels" (entre nos. era ir a los hostels a hacer la previa y llevar a bailar a los gringos... o como dicen algunos mal pensados, una especie de copera); sábados y domingos hacia la asistencia de dirección / producción de una obra de teatro y además animaba cumpleaños infantiles.
De más está decir, que terminó el año y yo no sabía ni como me llamaba... ni en que había gastado toda la plata que saqué durante esos meses...
Y bueno, aquí estoy hoy... tratando de que el trabajo sea un medio de vida, y que no sea mi vida.
A veces se me complica... me cansa, me estresa... me dan ganas de mandar todo a la mierda... pero otras, que por suerte son las mas... me siento feliz de ser la dueña de mi propia vida y depender de mi misma...
Creo que nunca voy a abandonar esta esencia busca que tengo dentro mio... porque me mantiene viva, siempre descubriéndome en algo nuevo, impensado... que por mas que muchas veces me hace renegar, y pensar que no puedo mas... siempre me asombro de que puedo un poquito mas, y allá voy... predispuesta a la próxima aventura...
Así que, si saben de alguien que anda buscando una azafata, moza, niñera, modelo, cocinera, telemarketer, fotógrafa o demás... diganle que yo estoy disponible...
Unos pesitos extra, no me vendrían nada mal!!!



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