SOBRE MI LUCHA CON UNA MARIPOSA.
Se que las mariposas son lindas, que todo el mundo dice: "hay, mirá que linda mariposa". De hecho, en reiteradas ocasiones me encontré repitiendo esa frase, mirándolas en una foto o en alguna hoja.
Las he dibujado miles de veces, poniéndoles centenares de colores, creando diferentes formas dentro de sus alas.
Pero hace unos días me peleé con una. Fue una dura discusión, en donde casi nos vamos a las manos...
Todo comenzó hace semanas atrás, cuando estaba cenando al costado de la piscina de mi amiga nórdica de rulos exóticos... De pronto se aparece entre nosotras, una cucaracha espantosa. Y ella en vez de tomar una ojota o algún adminiculo para matarla... le comienza hablar en tono firme y claro: "ANDATE DE ACÁ. VOLVETE A TU REINO DE CUCARACHAS. NOSOTRAS ACÁ NO TE QUEREMOS". Creer o reventar... la inmunda cucaracha partió...
Es que ella no le quita la vida a nada... entonces les habla.
Yo decidí hacer lo mismo.
Fue así, cuando me disponía a recostarme en mi cama, para leer un rato mi libro de autoayuda, y me encuentro con una mariposa al costado de mi cama.
YA SE QUE SON LINDAS. Pero no se como explicarlo, en ese momento, me sentí invadida, intimidada, y me asusté de la mariposa.
Entonces comencé a hablarle. A pedirle en tono amable que se retirara de mi aposento, que no quería compartir ese momento con ella. Nada. La mariposa ni se inmutaba, y yo cada vez estaba más angustiada.
Me paré, respiré profundo, y tomé la actitud y hasta el tono de voz de mi amiga... y repetí palabra por palabra la charla con la cucaracha. Pero nada. La maldita mariposa, solo voló de lugar, posándose en una foto, exactamente arriba de mi cara.
Casi lloro de la angustia y la impotencia. Pero no estaba dispuesta a permitir que una pequeña mariposa tuviera más poder sobre mi.
Así que tomé el pañuelo blanco que siempre uso en la cabeza, y la amenacé. Le dije que si no se iba la iba a espantar con el trapo. Y nada. La mariposa ni se inmutaba. Así que hice efectiva mi amenaza...
Al pasar el trapo cerca de ella, la muy traidora se hizo la muerta! siii!!! unió sus alas, y pego sus asquerosas patas contra mis cachetes rosagantes de la foto...
Creí que me moría. Me sentía una asesina. Quería explicarle que yo no quería matarla... simplemente que se fuera... Estaba desesperada, no sabia que hacer. Con un nudo en la garganta retrocedí unos pasos... y fue ahí cuando ella volvió a su postura normal, desbordando su alegría de seguir triunfanto en mi territorio.
Me puse firme. Le dije que me había cansado, que quería que se vaya YA de mi casa. Que tenia la ventana abierta, que no estaba dispuesta a soportarla un segundo más.
Y se fue.
Se posó en el patio de mi casa.
Me asomé por la ventana, y le dije que no vuelva nunca más.
Me gustan las mariposas... pero las que tienen colores lindos y se portan como mariposas... no las que reflejan o simbolizan cosas que hoy por hoy no tengo ganas de enfrentar...
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Las he dibujado miles de veces, poniéndoles centenares de colores, creando diferentes formas dentro de sus alas.
Pero hace unos días me peleé con una. Fue una dura discusión, en donde casi nos vamos a las manos...
Todo comenzó hace semanas atrás, cuando estaba cenando al costado de la piscina de mi amiga nórdica de rulos exóticos... De pronto se aparece entre nosotras, una cucaracha espantosa. Y ella en vez de tomar una ojota o algún adminiculo para matarla... le comienza hablar en tono firme y claro: "ANDATE DE ACÁ. VOLVETE A TU REINO DE CUCARACHAS. NOSOTRAS ACÁ NO TE QUEREMOS". Creer o reventar... la inmunda cucaracha partió...
Es que ella no le quita la vida a nada... entonces les habla.
Yo decidí hacer lo mismo.
Fue así, cuando me disponía a recostarme en mi cama, para leer un rato mi libro de autoayuda, y me encuentro con una mariposa al costado de mi cama.
YA SE QUE SON LINDAS. Pero no se como explicarlo, en ese momento, me sentí invadida, intimidada, y me asusté de la mariposa.
Entonces comencé a hablarle. A pedirle en tono amable que se retirara de mi aposento, que no quería compartir ese momento con ella. Nada. La mariposa ni se inmutaba, y yo cada vez estaba más angustiada.
Me paré, respiré profundo, y tomé la actitud y hasta el tono de voz de mi amiga... y repetí palabra por palabra la charla con la cucaracha. Pero nada. La maldita mariposa, solo voló de lugar, posándose en una foto, exactamente arriba de mi cara.
Casi lloro de la angustia y la impotencia. Pero no estaba dispuesta a permitir que una pequeña mariposa tuviera más poder sobre mi.
Así que tomé el pañuelo blanco que siempre uso en la cabeza, y la amenacé. Le dije que si no se iba la iba a espantar con el trapo. Y nada. La mariposa ni se inmutaba. Así que hice efectiva mi amenaza...
Al pasar el trapo cerca de ella, la muy traidora se hizo la muerta! siii!!! unió sus alas, y pego sus asquerosas patas contra mis cachetes rosagantes de la foto...
Creí que me moría. Me sentía una asesina. Quería explicarle que yo no quería matarla... simplemente que se fuera... Estaba desesperada, no sabia que hacer. Con un nudo en la garganta retrocedí unos pasos... y fue ahí cuando ella volvió a su postura normal, desbordando su alegría de seguir triunfanto en mi territorio.
Me puse firme. Le dije que me había cansado, que quería que se vaya YA de mi casa. Que tenia la ventana abierta, que no estaba dispuesta a soportarla un segundo más.
Y se fue.
Se posó en el patio de mi casa.
Me asomé por la ventana, y le dije que no vuelva nunca más.
Me gustan las mariposas... pero las que tienen colores lindos y se portan como mariposas... no las que reflejan o simbolizan cosas que hoy por hoy no tengo ganas de enfrentar...
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