Natalia y sus aventuras llavisticas.
Desde que me mudé ya perdí la cuenta de las veces que me olvidé las llaves de mi departamento en casa de amigos, familia, trabajo, etc.
Gracias al cielo, tengo una amiga responsable, que siempre me saca las papas del fuego... porque ella siempre tiene la precaución de llevar las llaves de su hogar con ella, y no anda dejándolas en cualquier parte como yo.
Pero hoy llegué al colmo.
Resulta que, había invitado a una amiga a almorzar. Y como no tenemos heladera (eso se merece una nota aparte) tampoco tenemos comida. Entonces, agarré el dinero, y me dispuse a ir a la verdulería para comprar cositas para preparar una deliciosa ensalada con miles de verduras...
En eso, me suena el celular. Era un mensaje de texto de mi socia, diciendome sobre una nueva animación. Entonces, mientras chequeaba la agenda, tomé las llaves y salí.
Cuando llego a la puerta del edificio, me doy cuenta de que me había ocurrido lo trágico: agarré las llaves equivocadas.
Así que la llamé a mi santísima amiga, para que me diga como llegar a su trabajo... en barracas.
Fue así, como hice un tour por todos los quioscos de caballito, recolectando monedas, y subí al 25 para ir rumbo a la aventura de conseguir llaves para entrar en el departamento.
Viajé durante 40 minutos, caminé 10 cuadras y llegué. Después de las pertinentes presentaciones, con un arsenal de monedas y un manojo de llaves en mano, emprendí el regreso a casa.
Pero eso no es todo.
Cuando llego al edificio, estaba mi portero baboso; que desde que me dijo que se iba a infartar si yo usaba shorcitos en verano, le dejé de dirigir la palabra.
Usó una artimaña barata para que yo le hable: me empezó a hablar de un tipo sospechoso del que yo había alertado hace unos días.
Entonces, refiriéndose a ese episodio, me dijo que ese día, una de las vecinas lesbianas me había mirado con "ganas"...
y que después le preguntó quien era yo. Si era la masajista del edificio, a lo cual el le dijo que no, que yo hacia teatro...
Le respondí que no me interesaba y seguí adelante con llave en mano y con la sensación de estar a punto de abrir el cofre de la felicidad...
Por suerte, la puerta se abrió y ahora estoy aquí, con dos juegos de llaves conmigo, y pensando seriamente en cual es la solución para dejar de quedarme afuera de mi casa...
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4 comentarios:
Cabecita de novia?
mmmm.......
no creo q sea el caso!
sorry que me ponga seria con el asunto, pero perder las llaves de tu casa y más cuando no hace mucho te mudaste (ahí además pasa seguido) está ligado a no haberte apropiado de tu lugar aún.
tranqui, cuando TU casa sea TUYA no vás a perder más llaves.. creo que se dá solo.
en serio.
besito! la vecina lesbiana.
(jajajajaja, mentira)
si, yo tambien lo atribuyo al cansancio que tengo encima...
porque a la perdida de llaves se suma a la perdida del celular, olvidos de cosas que tengo que hacer, elementos que tengo que llevar para el trabajo, y demas....
pero tambien puede ser que todavia no me haga muy cargo de que mi casa es mia...
esta bueno!
gracias vecina! jajajaja
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